Operación dulce.

Operación dulce, de Ian McEwan.

Me declaro seguidor de Ian McEwan. Lo encontré en la biblioteca con su novela Solar, en los estantes de narrativa, junto a otros volúmenes de la Editorial Anagrama.

Repetí con Máquinas como yo, y acabo de terminar esta gran novela: Operación dulce.

Operación dulce se encuadra en Inglaterra 1972, en plena Guerra Fría.

Serena es reclutada por el MI5, gracias a una relación amorosa con un componente del servicio de seguridad del Reino Unido. Ella es tan solo una joven estudiante que ve una buena oportunidad en este el trabajo de agente secreto.

La novela es una gran trama sobre cómo la agencia de seguridad capta a escritores poco conocidos para que publiquen novelas acordes al mensaje que la agencia de seguridad quiere difundir.

Es algo bastante común entre los escritores rusos bajo el mando soviético, es parte sin duda de la Guerra Fría de aquellos años.

La prosa de Ian McEwan en Operación dulce es firme y ágil.

Ian McEwan muestra con su prosa firme y ágil cada momento en el que Serena se relaciona con sus compañeros, en un mundo de hombres, donde finalmente encuentra una buena oportunidad.

Todo lector o escritor atenderá, y tal vez se sorprenderá, al tomar conciencia de que los grandes clásicos de la literatura han podido ser objeto de la manipulación o dirección de los gobiernos para crear una conciencia en la población.

En Operación dulce se hace referencia a la novela Un día en la vida de Iván Denísovich, de Alexandr Solzhenitsyn, donde el mundo occidental conoce qué es un gulag: campo de concentración ruso; pero también se mencionan novelas como Rebelión en la granja o 1984 de George Orwell, que representan una gran sátira del sistema comunista y crítica a los sistemas totalitarios.

¿Cuánto empeño, por no decir financiación, pusieron los gobiernos en favor de que se conocieran dichas obras?

Nunca lo sabremos.

Ton Haley es en Operación dulce uno de los escritores que el MI5 ha seleccionado para esa labor de difusión, valores democráticos en contra de los sistemas totalitarios provenientes de la esfera comunista; es por tanto la víctima de un complot del que es ajeno, pues desconoce los verdaderos fines de sus futuras novelas.

Todo se gesta bajo el contexto del espionaje.

Cuando le proponen una pensión a cambio de escribir una novela, en la que le han elegido por sus buenos relatos publicados en algunas revistas, él se expresa de esta manera:

La cuestión es: todos los días pienso en este problema. No tengo nada importante en que pensar. Me desvela por la noche. Son siempre los mismos cuatro pasos. Uno, quiero escribir una novela. Dos, estoy sin un penique. Tres, tengo que conseguir un trabajo. Cuatro, el trabajo me impedirá escribir. No veo una solución. Entonces una joven bonita llama a mi puerta y me ofrece una pensión suculenta a cambio de nada. Es demasiado bonito para ser cierto”.

Sí, es demasiado bonito para ser cierto, pero todo aquel que haya sido escritor o sienta la imperiosa necesidad de serlo, caerá con facilidad en la adulación de una proposición como esta. Publicar con una buena editorial, ganar un premio de renombre, ser conocido como un verdadero artista.

Ian McEwan es un maestro que nos transporta llana y indeleblemente en la acción de los acontecimientos.

Operación dulce es una novela que indaga entre la lealtad y la traición, el amor y la redención, la honestidad y el engaño.

Novela en Amazon

Máquinas como yo

La convivencia con entes más hábiles es algo que ya atisbamos, pero no estamos preparados para que sean más humanos que nosotros.

Máquinas como yo

…y gente como nosotros, dicta el subtítulo de esta novela de Ian McEwan.

Descubrí al autor en la biblioteca. Hace unas semanas leí Solar, y me decidí a repetir. Su prosa es ágil y constructiva, tiene ritmo y no descansa, hace que percibas la acción con normalidad, te sientes cercano a los personajes, aunque no tengas nada que ver con ellos, pero en cualquier caso consumes la lectura con avidez, deseando volver a la novela cuanto antes.

Ian McEwan es un autor con numerosas novelas, premiado en otras tantas.

The Times lo puso en la lista de «Los 50 mejores escritores británicos desde 1945» y The Daily Telegraph lo situó 19º en la lista de «las 100 personas más poderosas en la cultura británica»

En Máquinas como yo, aborda la controvertida aparición de los androides en nuestra sociedad.

Adán y Evan son las creaciones de una empresa que desarrolla la inteligencia artificial. El protagonista de la novela decide gastar toda su herencia en adquirir un Adán, pero en la novela no se expone como un androide frío que recibe ordenes; es artificial, sí, pero capaz de aprender, de entender sentimientos, y adaptarse al medio humano.

Es aquí donde se aborda la controversia del argumento. Estas creaciones no son capaces de entender nuestra sociedad.

Los seres humanos somos demasiado complejos, nos valemos de la mentira, la ira, la muerte, el dolor, todo lo aceptamos con naturalidad; como se menciona en la novela es el efecto Auschwitz: podemos vivir y aceptar que las personas hemos cometido atrocidades de esa magnitud, las naturalizamos como forma de supervivencia.

Para estos androides la dificultad reside en convivir, y por lo tanto aprender, con personas que admiten el hambre, las guerras, el holocausto y la destrucción del propio ser humano; todo eso a lo que nos hemos acostumbrado por la mera repetición de los mismos acontecimientos desde nuestra existencia.

En Máquinas como yo se aborda la convivencia de Adán con una pareja de enamorados con sus problemas de la vida cotidiana.

El androide irrumpe en sus vidas, ajeno a los principios que nos gobiernan, esos que hemos asumido en nuestra sociedad y alguien exento de la historia de la humanidad y de todos sus errores no entiende, y por lo tanto pone en evidencia nuestro comportamiento, nuestra ética, por lo que, un ente que no acepta tales preceptos, colapsa y se autodestruye.

Ian McEwan ha conseguido en esta novela una sublime crítica social.

Ian McEwan ha conseguido en esta novela una sublime crítica social a partir de una visión externa de nuestro ojos, nos conduce ante la certidumbre de que una inteligencia artificial es mejor que nosotros, no solo en tareas rutinarias o materiales sino en ética o humanidad, por eso del título: Maquinas como nosotros.

Cita del autor en Máquinas como yo:

La historia de la autoevaluación humana como especie podía verse como una serie de degradaciones encaminadas hacia la extinción. Un día estuvimos entronizados en el centro del universo, y el sol y los planetas, y el mundo observable en su integridad, giraban en torno a nosotros en una danza intemporal de adoración.

Luego, en desafío a los sacerdotes, la astronomía despiadada nos redujo a un planeta que orbitaba alrededor del sol, una más entre otras rocas. Pero seguíamos aparte, espléndidamente únicos, designados por el creador para ser señores de todo lo viviente.

Luego la biología confirmó que éramos parejos al resto de los seres, y que compartíamos unos ancestros comunes con las bacterias, las violetas, las truchas y las ovejas.

A principios del siglo XX nos sumimos en un exilio aún más oscuro cuando la inmensidad del universo nos desveló su ser e incluso el sol pasó a ser uno más entre los billones de soles de nuestra galaxia, galaxia que a su vez no era sino una entre billones.

Al final, recurriendo a la conciencia, nuestro último reducto, quizá no nos equivocábamos al creer que ocupábamos un lugar de preeminencia respecto del resto de las criaturas del planeta.

Cita del autor en Máquinas como yo:

Pero la mente que un día se había rebelado contra los dioses estaba a punto de destronarse a sí misma por la obra de su propio y fabuloso alcance. Dicho de forma abreviada, diseñaríamos una maquina un poco mas inteligente que nosotros, y dejaríamos que esa máquina inventara otra que escaparía a nuestra comprensión. ¿Qué necesidad habría de nosotros, entonces?”

He aquí la verdadera cuestión que aborda Ian McEwan en Maquinas como yo, pero aquí no acaba la controversia, esta primera generación de máquinas no es capaz de entender nuestra inhumanidad, nuestros perniciosos comportamientos, y acaban por autodestruirse o colapsarse como entes inteligentes.

Cómo se presentan los androides en Máquinas como yo:

 “Rápidamente entienden, como lo hemos de hacer nosotros, que la conciencia es el valor más alto. De ahí que su tarea primordial sea desactivar el botón de apagado. Luego, al parecer, pasan por una fase de expresión de ideas optimistas e idealistas que no son fácil desechar. Algo similar a una pasión efímera de juventud. Y luego se aprestan a aprender las lecciones de desesperanza que n podemos evitar enseñarles.

En el peor de los casos, sienten una especie de dolor existencial que acaba siendo soportable. Ellos o las generaciones siguientes se verán forzados, por su angustia y su perplejidad, a plantarnos un espejo ante la cara. En él veremos un monstruo familiar a través de los ojos nuevos que nosotros mismo diseñamos. Tal vez suframos un fuerte shock que nos obligue a hacer algo con nosotros mismos. Quien sabe.”

Conclusión final de Máquinas como yo

Esta obra es sin duda una crítica al ser humano, una evidencia de que somos más pequeños y menos importantes de lo que creíamos, y sobre todo menos capaces como inteligencia de lo que nosotros creemos, y que esto acabará por ser nuestra destrucción.

No se trata de una novela de ciencia ficción, es algo más real, más certero, que formará parte de nuestra sociedad en poco tiempo.

La convivencia con entes más hábiles es algo que ya atisbamos, pero no estamos preparados para que sean más humanos que nosotros, aunque si te paras a pensarlo, tampoco es tan difícil.


Cuestiones sobre la inteligencia artificial.

Conoce a Ian McEwan

Máquinas como yo, publicado en Anagrama.

La novela en Amazon.


El peligro de estar cuerda, de Rosa Montero.

Libro: El peligro de estar cuerda, Rosa Montero.

Hace unos días asistí a una presentación de Rosa Montero. Fui con el ánimo de saludar a mis compañeros de la Asociación de escritores gallegos, pero reconozco que con pocas pretensiones de pasar un rato agradable. 

Presentación de El peligro de estar cuerda.

Aunque parezca extraño, las presentaciones de libros me parecen aburridas. El que de verdad lo pasa bien es el autor y sus acompañantes, como mucho los lectores fans que suelen estar sentados en las primeras filas.

Por otro lado llevaba varias semanas sumido en una apatía que rozaba la depresión, pero por alguna razón que desconozco, algo dentro de mí se resiste a caer en el pozo de la desidia y la incomprensión. 

La sala estaba llena, calculé unas cien personas. Me quedé de pie tras los últimos asientos y comencé a escuchar cerca del mostrador de libros donde se encontraban las novelas de Rosa.

En cuestión de minutos supe que me encontraba ante una autora con toda una vida de experiencias vitales y literarias.

Rosa Montero habla de escribir como forma de amar y vivir.

Rosa Montero se manejaba como pez en el agua; era evidente que posee una dilatada experiencia en estos eventos, que disfrutaba con el uso de la palabra.

Nos contó parte de su vida, sus entrevistas, sus libros; hasta el final del coloquio no supe cuál era su última novela, la que en teoría promocionaba, porque realmente de lo que nos estaba hablando era de una forma de amar, de sentir la escritura, de participar en la vida.

Mientras Rosa continuaba con el coloquio, compré El peligro de estar cuerda, y continué escuchando atentamente. Me aproximé al estrado, ganando posiciones entre los adeptos, pero una pregunta flotaba en mi mente:

¿Puedes tener una depresión, sentirte muy triste, por el hecho de no escribir?

Como dije antes, llevaba casi dos meses sin escribir y me encontraba en un terreno extraño, intuía que esa era la razón, pero por otro lado tampoco me he dedicado a esto desde siempre.

Escribo desde hace siete años, casi continuamente, me refiero a todas las semanas, pero no acertaba a saber si mis cambios de humor se debían a este motivo.

Rosa hablaba y hablaba, mientras el entrevistador, @roberheavy, esperaba atento, sonriente, casi diría perplejo, ante tanta sabiduría y elocuencia. Estoy seguro que le quedaron preguntas en el tintero, pero ella ya las estaba respondiendo.

Finalmente no hice mi pregunta, pero ahora que he leído el libro, puedo decir que he encontrado esa y otras muchas respuestas.

En El peligro de estar cuerda, Rosa Montero nos explica cuáles son las semejanzas y coincidencias en la mente de un escritor.

Rosa Montero nos explica cuáles son las semejanzas y coincidencias en la mente de un escritor, su comportamiento, qué es lo que nos mueve, cuáles son los hechos que hacen que una persona se dedique a esta profesión.

Todo escritor se reconocerá en este magnífico libro, sabrá que en muchas ocasiones somos personas que vivimos mundos paralelos, que las ficciones nos dan la vida para poder sobrellevar la realidad, que esa disociación suele nacer por algún trauma infantil. En ese momento el niño se polariza como método de defensa.

También nos da información, numerosos datos, es un libro bien documentado, que no solo se deja llevar por la intuición.

No nos habla del proceso creativo desde el punto de vista de la musa o pura imaginación, nos explica por qué vemos a esas musas, dónde se generan las ideas, por qué siempre andamos dándole vueltas a historias que solo ocurren en nuestra mente. 

Extraigo de El peligro de estar cuerda estas frases: 

Ser novelista es, en realidad, una actividad bastante rara, casi diría yo que estrafalaria. Consiste en pasarte una cantidad de tiempo enorme, dos años, o tres, o los que sean, encerrada a solas, en una esquina de tu casa, inventando mentiras.

Es decir, inventando a un ruso pelirrojo que no existe, con unos zapatos de charol que no existen, que abre una puerta de madera de nogal reforzada con barras de hierro que no existe. Y en imaginar esa tontería inviertes lo mejor de tu existencia.

Tus horas más privadas. Dejas en buena medida de leer, de ir al teatro o a un concierto, de ver una serie, de pasear con tus perros por el monte, de salir con amigos, de mimar a los amados. Robas tiempo a todas esas actividades placenteras para enterrarlo en el maldito ruso pelirrojo.

Y al cabo de esa travesía alucinada, sacas a la calle el libro y esperas, aguantando el aliento, que alguien lo lea. Que alguien diga: pues a mi me ha interesado, te he entendido, he vibrado con las mismas emociones que tú, he visto el mismo mundo que tú has visto.

Porque, si no te leen, si lo que has escrito no gusta, ¿en qué se quedarán convertidos esos dos o tres años de obsesión por los zapatos de charol y las puertas de nogal reforzadas con hierro? Pues, pura y simplemente, en el delirio de un loco”.

Pero no todo es idílico y creativo, también nos habla de la tendencia que tienen los creadores al suicidio, en especial los escritores.

Relativiza las rarezas del ser humano; todos somos raros en un mundo que tiene que ser normal, y por lo tanto cada uno va ocultando sus propias rarezas para no quedar en evidencia.

Escritores. El suicidio.

Me pregunto (y esta cuestión se me ha ocurrido después de leer el libro) si el suicidio también es una rareza humana, o es más normal de lo que creemos.

En el libro se cita que en 2022 se suicidaron 800.000 personas en el mundo, y que según estudios, el porcentaje aumenta un 50% entre los escritores.

La lista es extensa. Rosa Montero menciona uno por uno, con nombre y apellidos, a todos esos autores que han decidido tomar ese camino.

Muchos casos están explicados por las turbulentas experiencias que los escritores tuvieron en su infancia; que por eso vamos por ahí inventándonos historias para sobrevivir, para ignorar nuestras secuelas, que por eso no vemos las horripilantes noticias de los telediarios.

Y sin embargo somos capaces de idear narraciones tan truculentas como las que hemos vivido en nuestra propia piel, como mecanismo de defensa: ahí está la disociación.

Rosa Montero también nos cuenta una historia que ha vivido durante años, parte de una biografía que bien podría servir para una novela de ficción, con una inquietante crónica que aún está sin concluir. Para ello será mejor que lo leáis vosotros mismos.

Escritores y la creación.

El peligro de estar cuerda habla de lo maravilloso que es ser escritor, de esa electricidad que te atrapa y te encumbra a lo más alto de la categoría humana: la propia creación.

Desmitifica todo lo material y rechaza que los escritores actúen por dinero.

Fue una de las primeras frases que Rosa dijo en la presentación: “si alguno de los presentes, que sé que entre el público hay escritores, piensa en hacerse rico o ganar mucho dinero con esta profesión, que se vayan olvidando del tema”.

Los escritores escribimos para que no escuchen, para enviar un mensaje de salvación

Los escritores escribimos para que no escuchen, para enviar un mensaje de salvación, en bastantes ocasiones sobre nuestra propia vida, lo hacemos por el simple hecho de que no somos capaces de dejar de escribir.

Fracasamos y gozamos todos los días, solemos vivir en soledad, luchamos contra el impostor, que no es más que un tipo que vive dentro de nosotros y nos dice que no valemos para esto, y resurgimos cada mañana para volver a la pelea.

El peligro de estar cuerda.

Escritores: La obsesión y la locura.

Según nos cuenta Rosa, todo escritor tiene una serie de coincidencias: la obsesión es una de ellas, ¿Cómo si no vas a perseverar durante años en una historia imaginaria?

La locura es otra: todo escritor tiene contacto con esa locura que nos lleva hasta las narraciones de mundos que solo existen en nuestra mente.

Ser escritor es un bonito reto del que nunca se está seguro.

Lo importante es disfrutar en el camino, ser perseverante, detectar las razones para no caer en una profunda depresión, encontrar amigos que nos entiendan, es amar, es vivir.

Rosa, gracias por el relato de vida que nos regalaste.

El peligro de estar cuerda, de Rosa Montero.


Si te interesa el proceso creativo, tengo algunos consejos en esta página.

El gran Gatsby. Resumen.

El gran Gatsby cayó en mis manos gracias a una recomendación que encontré en las redes sociales.

El título me era muy familiar; recordaba haber visto la película, me refiero a la última versión protagonizada por Leonardo di Caprio, de ella guardaba un vago recuerdo, parecido a una producción hollywoodiense donde el personaje principal evocaba una interpretación similar a la de Titanic.

Habían transcurrido unos años desde entonces y ahora tenía el libro en mi escritorio.

El gran Gatsby Resumen.

Nos hallamos en los años 20, en EEUU, después de la gran guerra o primera guerra mundial. La historia transcurre en Long Island, bajo el ambiente de una sociedad de ciudadanos ricos pertenecientes a la generación perdida.

La novela está narrada en primera persona por un tal Nick, que inevitablemente, evoca a Francis Scott Fizgerald.

Fizgerald narra la vida de Gatsby, un personaje singular que ha forjado su destino tras ser condecorado en Europa. ¿Cómo ha conseguido la gran fortuna que le permite tener una mansión y dar fiestas donde muchos de los asistentes no han sido invitados?

Es un misterio que forma parte del propio personaje.

Nick es su vecino, y poco a poco entenderá porqué Gatsby se ha instalado en aquella mansión: Daysi, la prima de Nick es la razón, una mujer casada con un hombre que atesora una gran fortuna. 

El gran Gatsby es un retrato del espíritu de la generación de Scott Fitzgerald. Una extraordinaria fábula sobre el sueño americano.

El autor nos muestra una sociedad de opulencia, desenfreno y despilfarro, donde se palpa que la vida es corta y que sus personajes saben mejor que nadie que es así.

Supongo que cuando has combatido o al menos presenciado una guerra mundial y has sobrevivido a ella, ya todo corre de una manera distinta por nuestras venas.

El gran Gatsby libro.

El gran Gatsby Resumen.

En El gran Gatsby los acontecimientos se precipitarán de forma inesperada, como en la vida misma, y el autor nos dejará un sabor melancólico de personas que, aun teniéndolo todo en la vida, muestran el sinsabor que a los millonarios se les suele atribuir: el provocador anhelo de un amor imposible.

Las pasiones que sufre cualquier persona, sea cual sea su posición social. 

El gran Gatsby Resumen.

El estilo de vida de la clase alta norteamericana después de una guerra mundial es la prueba de esta sociedad.

La obra en sí no tuvo mucho éxito tras su publicación. Fizgerald relacionó las bajas ventas a el hecho de que las mujeres tendían a ser la principal audiencia de novelas durante ese tiempo y Gatsby no describía a un personaje femenino admirable.

Los escritores solemos buscar las razones para demostrar por qué las novelas no llegan a tener el éxito deseado, pero en la mayoría de los casos, erramos en nuestros diagnósticos.

Más tarde, tras la segunda guerra mundial, la novela tuvo mejor acogida.

El gran Gatsby. Scott Fitzgerald

El gran Gatsby es una obra que se ha llevado al cine varias veces, y se ha representado en el teatro

Destaco su narrativa pero ante todo los diálogos, son ágiles y ponderados, transmiten la acción de forma concisa.

Identificas en todo momento las imágenes que quieren ofrecerse hasta tal punto que podrían servir como guión cinematográfico.

Como en tantas ocasiones la crítica del momento erró en las valoraciones y El gran Gatsby se convirtió en una obra maestra tras los años.

Como suele ocurrir, cuando el autor ya no está entre nosotros, el deseado éxito llega. Esperemos que Francis Scott Fizgerald lo esté disfrutando desde el cielo.


Francis Scott Fitzgerald (1896-1940) es uno de los representantes de la Generación Perdida, y uno de los grandes autores de la literatura en ingles del siglo XX.


Puedes encontrar otros libros de No ficción en mi blog.


El adversario, Emmanuele Carrère.

El adversario, Emmanuele Carrère.

No tengo por costumbre reseñar ni hacer comentarios de autores en vida. La mayoría de las novelas que leo son del siglo pasado, ciencia ficción, fantasía y terror, o clásicos de la literatura universal de donde siempre se pueden extraer grandes conceptos y aprender el noble arte de escribir.

Tampoco recuerdo del todo cómo y en qué momento anoté en mi bloc El adversario. Suele ser un proceso no del todo consciente de búsqueda para encontrar los paralelismos en los que se mueve mi mente. 

Hacía unos meses que había escrito el borrador de lo que podía ser una novela, un texto en primera persona de un personaje que en su niñez había recibido un duro golpe que marcaba su destino. 

Desde hacía tiempo me rondaba la idea de la importancia de las experiencias en los primeros años de educación. 

Cuando revisaba el borrador de lo que había escrito, cayó en mis manos (como digo no sé si deliberadamente) la novela de Emmanuel Carrère.

El adversario: persona contraria o enemiga.

Así lo define la RAE en su primera acepción.

¿Qué ocurre cuando el adversario eres tú mismo?

Creo que es la pregunta que formula esta novela.

¿Cómo gestionamos ese ente que va en nuestra contra? 

Primero debemos averiguar por qué lo hacen, cuál es el detonante; de no identificarlo seguirá creciendo en nuestro interior y se hará más grande y poderoso, tanto que suplirá nuestra propia identidad, el “yo” que nombra la novela.

En El adversario se trata de identificar el detonante pero no queda del todo claro, debe de ser un hecho trágico que nuestra mente no es capaz de digerir, un impacto súbito que deje nuestro entendimiento roto, tal vez la muerte repentina de nuestra prometida de la que estamos fervientemente enamorados, y después… 

…después crece como la mala hierba en nuestra alma para socorrernos, cobra forma racional y lo acogemos porque ha salvado nuestra vida y el mundo no lo sabe, y fin y al cabo estamos solos, y bajo esa soledad no le podemos contar a nadie ese tipo de problemas.

La novela de Carrère narra un hecho real: el de un asesinato múltiple que no tiene sentido, ninguno lo tiene, nada sustenta matar a tus padres, a tus hijos y a tu mujer; sin embargo el autor trata de encontrar una salida a tanto dolor, un sentido lógico a ese tipo de actos. 

Cuando lo vemos en los noticiarios los dejamos pasar como otro día de lluvia, como un pequeño golpe, baja la bolsa, sube el precio del petróleo; lo olvidamos en un segundo, si alguien pregunta la respuesta siempre es la misma: un loco. 

Y para los locos hay lugares y personas que se encargan de analizarlos, de estudiarlos.

En este caso el mal, la mala hierba tomó forma en la Mentira. 

El adversario, Emmanuele Carrère.

La mentira, una manifestación que crece como la mala hierba.

La mentira, pensemos por un momento en ella. Es innata a nuestra naturaleza. ¿Quién no ha mentido alguna vez en su vida? O mejor dicho ¿quién no mantiene mentiras o hechos ocultos al resto del mundo, a familiares y amigos? ¿Quién sabe toda la verdad de nuestra vida? ¿Hay una sola persona que lo sepa todo de nosotros?

Pero ¿qué ocurriría si toda tu vida la sustentas con mentiras? Si fuera posible engañar año tras año a tus amigos, a tus padres, a tu pareja. 

Seguramente pensamos que no es posible engañar a todos a la vez sobre todos los asuntos. 

Bueno… también creo que es difícil pero, ¿y si ocurriera?

En tal caso construiríamos un castillo de inmensas proporciones, una doble vida. No es tan descabellado.

¿Y qué ocurriría si un día nos diéramos cuenta de que todo es una mentira, que somos un fraude?

Que en definitiva hay un adversario que ha vivido a nuestra costa para salvarnos y ahora ya es tarde para contárselo a los que han confiado en nosotros durante toda la vida.

Son muchas preguntas las que nos formula El adversario y pocas respuestas las que podemos dar a un asesinato múltiple. Son los intersticios de la mente inescrutable, son las malas raíces que crecen en nuestro interior cuando nuestro cuerpo es poroso y tierno.

Saber que un asesino despiadado conserva buenos sentimientos y lo expresa abiertamente hace que sea más inquietante sobre todo cuando el personaje ha vivido de la mentira toda su vida.

El adversario, Emmanuele Carrère.





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Nuestro amor.

Nuestro amor, de María Ángeles Saavedra Asturias.

Hace poco escuché las clásicas críticas que reciben las novelas por razón de género. Que si la novela juvenil estaba poco trabajada, que si la ciencia ficción son marcianos y paranoias o si la romántica es de chicas…

Todo forma parte de un juego, el juego de las etiquetas

Todo forma parte de un juego, el juego de las etiquetas. Una vez algo o alguien recibe una categoría el cerebro humano trata de meterlo en una estantería para así clasificarlo, igual que hacen las librerías: por género.

Yo prefiero encontrar a los autores por orden alfabético, aunque reconozco que los géneros ayudan pero nunca deben de convertirse en esas nominaciones negativas que solemos hacer de cualquier novela.

Nuestro amor la podríamos encontrar entre las novelas románticas pero solo porque el librero ha supuesto que el lector podrá buscarla allí, en aquella estantería. Sin embargo yo no la considero como tal.

Es sin duda una novela de amor, digamos no convencional para lo que los gurús o etiquetadores del mundo pudieran homologar.

Nuestro amor es una bonita historia de descubrimiento entre Sofia y Dana, dos mujeres distintas de grupos sociales distantes, en la que un día sus caminos se cruzan para cambiar sus vidas.

La novela nos conduce por los intersticios mentales a los que nos suele llevar la trasgresión provocada por un sentimiento no conocido en una persona no esperada: Dana, una joven que afronta la vida desde la valentía y la libertad, que saca a Sofía de la zona de confort en la que suelen vivir las clases sociales altas.

La pluma de María Ángeles es ágil, suele llevarte de la mano por el mapa mental de los personajes, tal vez identificando tus propios sentimientos.

No es difícil de apreciar que la autora es poeta pues encontraremos lances donde su prosa parece verso.

Es más que ternura, es más que todo eso, es un sentimiento de pertenencia, de pertenencia a alguien, a alguien especial, a alguien único , irremplazable, una conexión de alta velocidad, un vaso lleno de agua cuando la sed aprieta. Es la sensación de estar al borde del abismo y no poder volar, saber que si saltas te caerás  y nunca jamás en tu vida podrás alzar el vuelo, es un orgasmo el sentir la plena satisfacción de sentirse completamente realizada…”

En conclusión: 

Nuestro Amor es una novela que habla del amor como concepto, con todas sus alegrías, misterios y anhelos.

Del género no hablo porque como dije al principio lo importante es el concepto (el amor) y no tanto quién lo realiza.

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Cartero, Charles Bukowski.

Cartero Charles Bukowski Reseña.

Dicen que en el proceso de compra de un libro intervienen varios factores, debes ver el producto entre cinco y siete veces para que quede grabado en tu memoria y un día, zas, ocurre, y sin haberlo planeado lo compras porque realmente ya lo tenías en tu lista mental de artículos a adquirir.

Bukowski era un nombre fácil de recordar.

Hace unas semanas paseaba por una librería. Es algo que me gusta hacer, por la mera satisfacción de “patrullar” como digo yo, solo se trata de una especie de vigilancia, recorrer los pasillos, comprobar que la sección de ciencia ficción, romántica, novela negra siguen en su sitio. Revisar si el librero puso alguna novedad o sacó esa edición de un clásico digno de compra. 

Cartero charles bukowski reseña

Entonces encontré a Bukowski. El título: Cartero, su primera novela publicada. 

No creo que hubiera visto siete veces el libro, pero todo ocurre en unos segundos y en ese momento sabes que estás preparado para leer. 

Las primeras líneas de la sinopsis dicen así:

Charles Bukowski, escritor eminentemente autobiográfico, nos cuenta en esta obra otro fragmento de la vida de su alter ego Chinaski. En Cartero describe los doce años en que estuvo empelado en una sórdida oficina de correos de Los Ángeles…

Era el momento, yo mismo estaba escribiendo una novela con tintes autobiográficos y también he trabajado de cartero. Eran demasiados componentes para no abordar la lectura y entonces…

…y entonces compré el libro. 

Mi acompañante me miró como diciendo: “has vuelto a caer en la tentación y dijiste que solo venias a mirar”.

En el Cartero encontraremos las vivencias de Chinaski, narradas en primera persona, en capítulos cortos y muy dialogados, similar a un guion de una película que narra la vida de un cartero en la ciudad de los Ángeles.

Lenguaje directo, en primera persona.

El lenguaje es directo, real como el propio personaje, siempre envuelto en la miseria de un trabajo esclavo, de alcohol y de mujeres que le abandonan con la misma rapidez que le encuentran. Relaciones sexuales explícitas, vida cotidiana que a muchos le puede parecer exagerada o provocativa. 

La genialidad de Bukowski reside precisamente en ese cómo lo cuenta.

He tenido trabajos parecidos a los de Chinaski y pueden creerme que todo es tan real como lo cuenta, ahora bien, la genialidad de Bukowski reside precisamente en ese cómo lo cuenta, sin tapujos, como lo siente, tal como lo vive. 

No debemos caer en el error de si el personaje es de nuestro agrado. Los personajes son como las personas, existen y no puedes evitar que vivan en esa demoledora realidad en la que están envueltos.

Chinaski es un tipo con sentimientos puros que no trata de demostrarlos, casi alcohólico y amante de las mujeres. Es trabajador, es vividor y ante todo es auténtico. 

Puede que no estemos acostumbrados a un lenguaje tan directo, tan depredador, pero en el fondo somos una especie animal que solemos desear las mismas cosas, y expresarlo como Bukowski no guste al público en general. 

“Dios o quien sea no para de crear mujeres y de lanzarlas al mundo, y el culo de esta es demasiado grande y las tetas de esta otras son demasiado pequeñas, y es otra chiflada y aquella es un histérica, y aquella otra es una fanática religiosa y esa de más allá lee hojas de té, y esta no se aguanta los pedos, y la otra tiene una narizota, y esta tiene unas piernas como palillos…

Pero de vez en cuando surge una mujer toda en sazón, una mujer que estalla fuera de sus ropas…, una criatura sexual, una maldición, el acabose.”

Bukowski rompe con todos esos mitos e hipocresías que flotan en el mundo, el racismo, la religión, el género; y lo hace desde la perspectiva de un perdedor por lo que nada puedes reprocharle.

Cartero la acabó en solo un mes, después de que unos amigos le animaran a que se dedicara a escribir. Dejó su puesto de correos. 

Él mismo explicó en una carta en ese entonces:

«tengo dos opciones, permanecer en la oficina de correos y volverme loco… o quedarme fuera y jugar a ser escritor y morirme de hambre. He decidido morir de hambre».

Charles Bukowski.

Tal vez por eso escribió con esa fuerza. 



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Subir a por aire.

George Orwell.

Subir a por aire

Corría el año 1939 cuando Orwell escribió esta novela, antesala de los dos grandes clásicos de la literatura de ciencia ficción: “1984” y “Rebelión en la granja».

“Subir a por aire» versa sobre la vida de George Bowling, en los años anteriores a la segunda guerra mundial con referencias a la que en su día fue llamada la gran guerra: la primera guerra mundial.

La novela está narrada en primera persona, y llamándose George es difícil separar al autor de personaje. Bowling nos contará sus inquietudes, sus preocupaciones, sus anhelos, nos convencerá que todo antes de la guerra era mejor, y nos preguntará nuestra opinión.

Nos encontramos en una pequeña población de Inglaterra donde Bowling comienza a recordar su infancia.

A George Bowling le conoceremos bien: un cuarentón gordo con dentadura postiza, casado con Hilda, una mujer triste con la que mantiene una relación tortuosa.

Bowling es el típico personaje que ha conseguido un trabajo estable en los años de la postguerra, un tipo con poco atractivo que se cuestiona asuntos sobre la vida y la existencia que nadie parece entender, un crítico de su sociedad y de los males que acechan a la humanidad.

La novela gira sobre dos ejes: el sentido de nuestra existencia y una premonitoria visión de una guerra.

Hitler les atacará tarde o temprano. Los hechos se suceden desde la infancia de Bowling, en su pueblo natal, al presente con sus cuarenta y cinco años, y su puesto de trabajo en una empresa de seguros en una anodina vida.

George Bowling decide hacer el viaje a ese lugar, que en su caso en un estanque de peces al que iba de niño en su pueblo natal; para ello idea una estratagema para ausentarse unos días del nido conyugal, algo que puede parecer absurdo pero que no lo es, pues su esposa desconfía de él.

Durante la narración Bowling insiste en que la guerra está cerca. Como él dice será en 1941. Pronto las bombas caerán y todo se irá a la mierda. Y lo peor (dice él) no es la guerra sino la postguerra: la sensación que deja en las personas, el vacío.

Es realmente inquietante y desolador pensar en aquellas generaciones que vivieron dos guerras mundiales. Cómo solo unos años después de la primera guerra mundial había jóvenes idealistas que querían luchar a favor del comunismo o del fascismo.

La inigualable voz de Orwell, directa, crítica y sagaz queda impresa durante toda la novela. La descripción de la sociedad de hace cien años nos demuestra que todo sigue igual bajo el sol.

“Subir a por aire” es ese lugar que todos guardamos en nuestra mente, que nos evade de esta sociedad inútil e incomprensible, que nos lleva a la inocencia de las verdaderas cosas que tiene la vida, a la naturaleza, al amor, a los sentimientos puros del ser humano.

Orwell lo describe así: 

“Pise el acelerador. La sola idea de volver a Lower Binfield ya me hacía bien. ¡Subir a por aire! Como las grandes tortugas marinas cuando suben nadando a la superficie, sacan la nariz fuera y se llenan los pulmones de una bocanada antes de sumergirse otra vez entre las algas y los pulpos. Todos nos estamos asfixiando en el fondo de un cubo de basura, pero yo había encontrado el camino a la superficie. ¡Volver a Lower Binfield!


Si quieres saber mas sobre George Orwell



Carta a Benito Pérez Galdós.

Benito Pérez Galdós Biografía.

Siempre me ha interesado ese proceso que nos invoca a la lectura.

Me gustaría conocer vuestra opinión o más bien, vuestra experiencia.

¿Cómo llegasteis a interesaros por la literatura? ¿Cuál fue el autor propulsor en este bello arte?

¿Quién consiguió animaros a la lectura?

Me he animado a contaros mi experiencia con una carta a Benito Pérez Galdós.

Al final del artículo os dejo un resumen de la biografía de Benito Pérez Galdós.

Benito Pérez Galdós Biografía.

Los primeros recuerdos que tengo sobre la literatura fueron tristes.

En la escuela tuve que aprender a leer con un ojo tapado. No entendía muy bien porqué me tenían que cubrir el ojo con el que mejor veía, pero fue así como empecé a leer cuentos e historias: con gafas y un parche marrón con una ventosa que se pegaba a una lente.

Aquello fue un verdadero fastidio. Mi tendencia hacia las letras declinó en favor de los números.

Las fórmulas matemáticas eran menos extensas y más conceptuales, ejercían un menor esfuerzo a mi vista, que nunca se recuperó del todo, pues fui ganando dioptrías hasta bien entrada la pubertad.

En la adolescencia y después de cursar los estudios superiores, todo fue un largo y tortuoso camino, siempre en el peligroso alambre del trapecio de los mil senderos que te depara el destino.

El sosiego y la calma para leer una novela.

Por alguna razón que desconozco, mi tendencia hacia la literatura en general se acrecentó una vez pasaron los vendavales de la juventud, cuando mi mente encontraba el sosiego y la calma para meditar y tener una novela entre mis manos.

Fueron años en los que busqué nuevos autores, me refiero a los que no se ofrecen en la escuela.

Los clásicos de la literatura no tenían atractivo y por ello anduve entre la ciencia ficción, el terror y la fantasía, sin hallar al autor que me sedujera.

Era evidente que los autores no tenían culpa alguna: mi mente aun no estaba preparada para acogerlos.

Allá por los años 90 fui socio de El Círculo de lectores. Recibía mensualmente un lote de novelas: todos aquellos volúmenes quedaron sin concluir con un billete de metro, una servilleta o una tarjeta del fontanero a modo de marcapáginas.

Durante años me afané en encontrar la motivación suficiente, para volver a la literatura, con lecturas erráticas de dispares géneros y autores. 

«La Fontana de Oro», de Benito Pérez Galdós.

Hasta que un día cayó entre mis manos una novela de Benito Pérez Galdós.

Desde aquel momento continué leyendo su obra, gracias a Dios bien extensa, con la seguridad del éxito, con el temor de salir de él, de sus letras, de su ingenio. Leía cada una de sus novelas como un niño que va de la mano de su padre.

Benito Pérez Galdós Biografía.

Sí, tú, Benito, y tu «Fontana de Oro» cambiaron mi vida y la percepción de los hechos, consiguieron mi amor hacia la literatura.

Sí, tú, Benito, fuiste quien ya no me sacó de tus libros hasta que fui lo suficientemente adulto como para saltar a otros autores y disfrutar de toda la literatura.

Sí, tú, Benito, fuiste quien me hizo tan arrogante de querer escribir, de crear historias, de publicar novelas.

Y ahora, cuando ya confío en mis fuerzas, me acerco a la librería y veo toda tu obra y tengo miedo, siento ese vértigo que provocas en mí cuando te leo, porque de los genios se aprende, se discierne y también se teme.

Gracias, Benito.

Biografía de Benito Pérez Galdós:

Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 10 de mayo de 1843-Madrid, 4 de enero de 1920)​ fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español.​

Se lo considera uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo xix.

Un narrador capital en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser propuesto por varios especialistas y estudiosos de su obra como el mayor novelista español después de Cervantes.

Cotidianidad de Benito Pérez Galdós.

Benito Pérez Galdós solía llevar una vida cómoda, viviendo primero con dos de sus hermanas y luego en casa de su sobrino, José Hurtado de Mendoza.

En la ciudad, se levantaba con el sol y escribía regularmente hasta las diez de la mañana a lápiz, porque la pluma le hacía perder el tiempo.

Después salía a pasear por Madrid a espiar conversaciones ajenas (de ahí la enorme frescura y variedad de sus diálogos) y a observar detalles para sus novelas. No bebía, pero fumaba sin cesar cigarros de hoja. 

A primera tarde leía en español, inglés o francés; prefería los clásicos ingleses, castellanos y griegos, en particular Shakespeare, Dickens, Cervantes, Lope de Vega y Eurípides, a los que se conocía al dedillo. 

En su madurez empezó a frecuentar a León Tolstói. Después volvía a sus paseos, salvo que hubiera un concierto, pues adoraba la música y durante mucho tiempo hizo crítica musical. Se acostaba temprano y casi nunca iba al teatro. Cada trimestre acuñaba un volumen de trescientas páginas.

Desde la óptica de un Ramón Pérez de Ayala Galdós era descuidado en el vestir, usando tonos sombríos para pasar desapercibido.

En invierno era habitual verle llevando enrollada al cuello una bufanda de lana blanca, con un cabo colgando del pecho y otro a la espalda, un puro a medio fumar en la mano y, ya sentado, completaba la estampa típica de su perro alsaciano junto a él. Tenía por costumbre llevar el pelo cortado «al rape» y, al parecer, padecía fuertes migrañas.


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Una obra de exquisita prosa: Decamerón cuentos.

Cuentos de Decamerón. Una obra exquisita, didáctica y divertida.

Los cuentos de Decameron, de Giovanni Boccaccio, también conocidos como Novellas.

En bastantes ocasiones, cuando charlo con otros escritores y lectores sobre por qué elegimos una determinada novela, no llegamos a discernir una razón concreta. Hoy elegí Decamerón.

Tal vez algún sabio de la naturaleza humana descubra la fórmula.

Como lector suelo encontrar las obras literarias por una regla de dos componentes, que aunque son antagónicos, se complementan: la causalidad y la casualidad.

A todos nos gusta un determinado tipo de aventuras o ficciones, géneros literarios o autores, y sobre esta base nuestra mente busca con su brújula el santo grial que por casualidad pueda hallar la causalidad.

De esta manera encontré Decamerón. Cuentos.

Como escritor llevaba unos meses inmerso en la creación de una serie de relatos. Alguien me comentó que es una buena forma de llegar a una novela más extensa.

Durante esos días, una pandemia azotaba el mundo: el coronavirus. Por esta circunstancia escuchaba la radio, una actividad que nunca o casi nunca suelo realizar. En el programa un comentarista expuso la obra con tal pasión y sapiencia que en ese momento la casualidad llamó a la causalidad, y decidí leer Decamerón.

Solo haré un breve comentario de la obra. Estudiosos tiene la historia sobre una novela de tanta trascendencia.

Decamerón cuentos.

Decamerón es una obra de Giovanni Boccaccio escrita entre 1351 y 1353. Desarrolla el amor, la inteligencia y la fortuna en cien cuentos de los que resultan las Novellas, entendidas como relatos.

La obra se presenta en diez jornadas y tiene un preámbulo en el que se hace referencia de la peste que en aquellos años estaba sufriendo Europa.

Los personajes, siete mujeres y tres hombres, se retiran a las afueras de Florencia y allí cuentan sus Novellas. Casi todas son de contenido erótico, en ella se ensalzan las relaciones humanas y amorosas, y se muestra una sociedad donde el clero participa activamente de ellas; no en vano Decamerón fue censurada por la iglesia en 1559.

La prosa es exquisita. La obra es didáctica y divertida.

Todas las historias tienen una introducción de su orador y un título que, a modo de sinopsis, adelanta los acontecimientos.

Me gustaría destacar la última, pues me pareció excelente. 

Novela décima:

El marqués de Sanluzzo, obligado por los ruegos de sus vasallos a tomar mujer, para tomarla a su gusto elige a la hija de un villano, de la que tiene dos hijos a los cuales le hace creer que mata; luego, mostrándole aversión y que ha tomado otra mujer, haciendo volver a casa a su propia hija como si fuese su mujer, y habiéndola a ella echado en camisa y encontrándola paciente en todo, más amada que nunca haciéndola volver a casa, le muestra a sus hijos grandes y como a marquesa la honra y la hace honrar”.

¿Te gustan los clásicos de la literatura? ¿Conocías esta novela?

¿Me aconsejas alguna novela de este estilo?

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