¿Conocéis América?
Me refiero a cada rincón de ese gran país, esa inmenso territorio con todos sus estados, los condados, las montañas y las vastas extensiones.
Los que no hemos tenido la oportunidad de viajar y somos europeos vemos a los Estados Unidos desde esa ventana que llega a nuestros hogares a través de la pequeña pantalla.
Tenemos innumerables producciones con los decorados de Nueva York o las antiguas películas de indios y vaqueros. Es cierto que cualquiera se puede hacer una aproximación de las distancias kilométricas que existen entre la costa este y la oeste, o pensar en las carreteras interestatales que cruzan el país de norte a sur. Pero aun así no es fácil, sobre todo si perteneces a un país pequeño.
De crío me decían “EEUU tiene una extensión como cincuenta veces España.” ¿cincuenta veces? ¿Quién es capaz de poner la península ibérica tantas veces sobre un papel?
Una novela para conocer America.
Hay que ir y visitarlo. Debes comprar uno de esos coches americanos y conducir hasta que tengas los riñones reventados. Detenerte en sus bares de carretera y conocer sus pueblos, sus gentes.
Dejar atrás Nueva York, Miami y Los Ángeles, detenerte lo justo en Las Vegas y seguir caminando, conduciendo, aprendiendo, y tal vez en una noche estrellada de frío invierno llegues a la conclusión de que no eres nada, solo un minúsculo ser que acampa en un mundo tan grande y viejo que te hará sentir insignificante. Pero al fin y al cabo eres alguien, no te resignas a esa indiferencia, quieres participar del gran invento: la vida y la tierra están ahí para que las disfrutes y puedas dejar tu impronta.
Sigues mirando al cielo y no puedes creer que todo sea por pura casualidad. Toda la humanidad, cinco mil, qué digo, diez mil años de existencia sin un destino clarividente.
Entonces comienzas a creer, buscas en los libros y encuentras a tu dios. Y tal vez, con un poco de suerte y trabajo puedas participar de esa fe que también te mereces.
Si viajas a Norteamérica sentirás todas esas cosas. Lo sé porque acabo de leer American Gods y lo he visto a través de sus líneas. Ese vasto mundo donde ni los dioses tienen mucha cabida, hay tantos como los cientos de almas que los crearon desde que el hombre habita la tierra. Esos dioses que dejan de existir cuando la gente los olvida.
American gods Neil Gaiman.
American gods Neil Gaiman es una novela de fantasía y ciencia ficción difícil de catalogar que ha recibido el premio Locus, Nébula, Hugo y Bram Stoker.
Habla de la historia de Sombra, y del trabajo que le ofrecen cuando sale de la cárcel. Es la narración de un viaje por carretera. Cuenta la historia de una pequeña localidad del medio oeste, y de las desapariciones que tienen lugar allí todos los inviernos. Habla de las organizaciones secretas, de los dioses, y de la guerra.
Neil Gaiman nos conduce por esos senderos oscuros entre la vida y la muerte, nos hace creer en que todos los chamanes del mundo existen porque realmente existieron, nos presenta la contienda entre los poderes fácticos y las viejas creencias, porque tanto unos como otros quieren ostentar el triunfo de la humanidad.
En ellos puedes identificarte o rehuir, hay bondad y maldad, porque todos somos así. Es la eterna lucha entre el bien y el mal, entre lo correcto y lo perverso.
La narración es ágil y directa con multitud de personajes por lo que te recomiendo que lo leas sin grandes pausas. Todos ellos están conectados en cierta manera, como si el mundo formara parte de un mismo linaje, viejos parientes de distintas facciones, como en cualquier familia.
No te importe si no estas muy versado en dioses del olimpo o antiguas deidades, la esencia de lo que quiere expresar es esa lucha de aquellos que significan algo en las personas, y de lo importante que son para la humanidad. Porque sin creencias no hay nada.
La presente edición añade una entrevista con el autor, un epílogo y una reflexión con el título ¿Cómo te atreves? que narra con esta inteligente y afable elocución:
“Nadie me ha formulado todavía la pregunta que he estado temiendo, la pregunta que esperaba que nadie me formulara. Así que voy a responderla motu propio con la esperanza de que, como aquella mujer que cuando cogía un avión tenía tanto miedo de que lo secuestraran que siempre embarcaba con su propia bomba, con la esperanza, decía de que al hacerlo yo disminuyan las posibilidades de que alguna otra persona me la formule.
La pregunta es ¿Cómo te atreves, que eres inglés a escribir un libro sobre los Estados Unidos, sobre sus mitos y su alma?
La experiencia de un inmigrante es universal. Por una parte estás tú, y por otra Estados Unidos, que es mucho más grande que tú. Así que intentas entenderlo y encontrarle sentido. Intentas hacerte una composición de lugar, algo a lo que se resiste. Es muy grande, y encierra muchas contradicciones, de modo que llega el momento en el que te das cuenta de que a lo más que puedes aspirar es a ser como uno de esos ciegos de la fábula que tropiezan con un elefante: uno lo agarra por la trompa, otro por la pata, otro por el costado, otro por la cola y cada uno llega a una conclusión diferente sobre lo que es: una serpiente, un árbol, un muro, una cuerda.”
Finalmente Gaiman confiesa que no es que se atreviera a escribir la novela, es que no tenía otra opción.
Como escritor suscribo sus palabras; para todo aquel que piense que escribimos lo que alguien encarga, o lo idóneo por el hecho de conseguir un efecto en el público, suele estar confundido.
American gods Neil Gaiman.
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