El peligro de estar cuerda, de Rosa Montero.

Libro: El peligro de estar cuerda, Rosa Montero.

Hace unos días asistí a una presentación de Rosa Montero. Fui con el ánimo de saludar a mis compañeros de la Asociación de escritores gallegos, pero reconozco que con pocas pretensiones de pasar un rato agradable. 

Presentación de El peligro de estar cuerda.

Aunque parezca extraño, las presentaciones de libros me parecen aburridas. El que de verdad lo pasa bien es el autor y sus acompañantes, como mucho los lectores fans que suelen estar sentados en las primeras filas.

Por otro lado llevaba varias semanas sumido en una apatía que rozaba la depresión, pero por alguna razón que desconozco, algo dentro de mí se resiste a caer en el pozo de la desidia y la incomprensión. 

La sala estaba llena, calculé unas cien personas. Me quedé de pie tras los últimos asientos y comencé a escuchar cerca del mostrador de libros donde se encontraban las novelas de Rosa.

En cuestión de minutos supe que me encontraba ante una autora con toda una vida de experiencias vitales y literarias.

Rosa Montero habla de escribir como forma de amar y vivir.

Rosa Montero se manejaba como pez en el agua; era evidente que posee una dilatada experiencia en estos eventos, que disfrutaba con el uso de la palabra.

Nos contó parte de su vida, sus entrevistas, sus libros; hasta el final del coloquio no supe cuál era su última novela, la que en teoría promocionaba, porque realmente de lo que nos estaba hablando era de una forma de amar, de sentir la escritura, de participar en la vida.

Mientras Rosa continuaba con el coloquio, compré El peligro de estar cuerda, y continué escuchando atentamente. Me aproximé al estrado, ganando posiciones entre los adeptos, pero una pregunta flotaba en mi mente:

¿Puedes tener una depresión, sentirte muy triste, por el hecho de no escribir?

Como dije antes, llevaba casi dos meses sin escribir y me encontraba en un terreno extraño, intuía que esa era la razón, pero por otro lado tampoco me he dedicado a esto desde siempre.

Escribo desde hace siete años, casi continuamente, me refiero a todas las semanas, pero no acertaba a saber si mis cambios de humor se debían a este motivo.

Rosa hablaba y hablaba, mientras el entrevistador, @roberheavy, esperaba atento, sonriente, casi diría perplejo, ante tanta sabiduría y elocuencia. Estoy seguro que le quedaron preguntas en el tintero, pero ella ya las estaba respondiendo.

Finalmente no hice mi pregunta, pero ahora que he leído el libro, puedo decir que he encontrado esa y otras muchas respuestas.

En El peligro de estar cuerda, Rosa Montero nos explica cuáles son las semejanzas y coincidencias en la mente de un escritor.

Rosa Montero nos explica cuáles son las semejanzas y coincidencias en la mente de un escritor, su comportamiento, qué es lo que nos mueve, cuáles son los hechos que hacen que una persona se dedique a esta profesión.

Todo escritor se reconocerá en este magnífico libro, sabrá que en muchas ocasiones somos personas que vivimos mundos paralelos, que las ficciones nos dan la vida para poder sobrellevar la realidad, que esa disociación suele nacer por algún trauma infantil. En ese momento el niño se polariza como método de defensa.

También nos da información, numerosos datos, es un libro bien documentado, que no solo se deja llevar por la intuición.

No nos habla del proceso creativo desde el punto de vista de la musa o pura imaginación, nos explica por qué vemos a esas musas, dónde se generan las ideas, por qué siempre andamos dándole vueltas a historias que solo ocurren en nuestra mente. 

Extraigo de El peligro de estar cuerda estas frases: 

Ser novelista es, en realidad, una actividad bastante rara, casi diría yo que estrafalaria. Consiste en pasarte una cantidad de tiempo enorme, dos años, o tres, o los que sean, encerrada a solas, en una esquina de tu casa, inventando mentiras.

Es decir, inventando a un ruso pelirrojo que no existe, con unos zapatos de charol que no existen, que abre una puerta de madera de nogal reforzada con barras de hierro que no existe. Y en imaginar esa tontería inviertes lo mejor de tu existencia.

Tus horas más privadas. Dejas en buena medida de leer, de ir al teatro o a un concierto, de ver una serie, de pasear con tus perros por el monte, de salir con amigos, de mimar a los amados. Robas tiempo a todas esas actividades placenteras para enterrarlo en el maldito ruso pelirrojo.

Y al cabo de esa travesía alucinada, sacas a la calle el libro y esperas, aguantando el aliento, que alguien lo lea. Que alguien diga: pues a mi me ha interesado, te he entendido, he vibrado con las mismas emociones que tú, he visto el mismo mundo que tú has visto.

Porque, si no te leen, si lo que has escrito no gusta, ¿en qué se quedarán convertidos esos dos o tres años de obsesión por los zapatos de charol y las puertas de nogal reforzadas con hierro? Pues, pura y simplemente, en el delirio de un loco”.

Pero no todo es idílico y creativo, también nos habla de la tendencia que tienen los creadores al suicidio, en especial los escritores.

Relativiza las rarezas del ser humano; todos somos raros en un mundo que tiene que ser normal, y por lo tanto cada uno va ocultando sus propias rarezas para no quedar en evidencia.

Escritores. El suicidio.

Me pregunto (y esta cuestión se me ha ocurrido después de leer el libro) si el suicidio también es una rareza humana, o es más normal de lo que creemos.

En el libro se cita que en 2022 se suicidaron 800.000 personas en el mundo, y que según estudios, el porcentaje aumenta un 50% entre los escritores.

La lista es extensa. Rosa Montero menciona uno por uno, con nombre y apellidos, a todos esos autores que han decidido tomar ese camino.

Muchos casos están explicados por las turbulentas experiencias que los escritores tuvieron en su infancia; que por eso vamos por ahí inventándonos historias para sobrevivir, para ignorar nuestras secuelas, que por eso no vemos las horripilantes noticias de los telediarios.

Y sin embargo somos capaces de idear narraciones tan truculentas como las que hemos vivido en nuestra propia piel, como mecanismo de defensa: ahí está la disociación.

Rosa Montero también nos cuenta una historia que ha vivido durante años, parte de una biografía que bien podría servir para una novela de ficción, con una inquietante crónica que aún está sin concluir. Para ello será mejor que lo leáis vosotros mismos.

Escritores y la creación.

El peligro de estar cuerda habla de lo maravilloso que es ser escritor, de esa electricidad que te atrapa y te encumbra a lo más alto de la categoría humana: la propia creación.

Desmitifica todo lo material y rechaza que los escritores actúen por dinero.

Fue una de las primeras frases que Rosa dijo en la presentación: “si alguno de los presentes, que sé que entre el público hay escritores, piensa en hacerse rico o ganar mucho dinero con esta profesión, que se vayan olvidando del tema”.

Los escritores escribimos para que no escuchen, para enviar un mensaje de salvación

Los escritores escribimos para que no escuchen, para enviar un mensaje de salvación, en bastantes ocasiones sobre nuestra propia vida, lo hacemos por el simple hecho de que no somos capaces de dejar de escribir.

Fracasamos y gozamos todos los días, solemos vivir en soledad, luchamos contra el impostor, que no es más que un tipo que vive dentro de nosotros y nos dice que no valemos para esto, y resurgimos cada mañana para volver a la pelea.

El peligro de estar cuerda.

Escritores: La obsesión y la locura.

Según nos cuenta Rosa, todo escritor tiene una serie de coincidencias: la obsesión es una de ellas, ¿Cómo si no vas a perseverar durante años en una historia imaginaria?

La locura es otra: todo escritor tiene contacto con esa locura que nos lleva hasta las narraciones de mundos que solo existen en nuestra mente.

Ser escritor es un bonito reto del que nunca se está seguro.

Lo importante es disfrutar en el camino, ser perseverante, detectar las razones para no caer en una profunda depresión, encontrar amigos que nos entiendan, es amar, es vivir.

Rosa, gracias por el relato de vida que nos regalaste.

El peligro de estar cuerda, de Rosa Montero.


Si te interesa el proceso creativo, tengo algunos consejos en esta página.