El adversario, Emmanuele Carrère.

El adversario, Emmanuele Carrère.

No tengo por costumbre reseñar ni hacer comentarios de autores en vida. La mayoría de las novelas que leo son del siglo pasado, ciencia ficción, fantasía y terror, o clásicos de la literatura universal de donde siempre se pueden extraer grandes conceptos y aprender el noble arte de escribir.

Tampoco recuerdo del todo cómo y en qué momento anoté en mi bloc El adversario. Suele ser un proceso no del todo consciente de búsqueda para encontrar los paralelismos en los que se mueve mi mente. 

Hacía unos meses que había escrito el borrador de lo que podía ser una novela, un texto en primera persona de un personaje que en su niñez había recibido un duro golpe que marcaba su destino. 

Desde hacía tiempo me rondaba la idea de la importancia de las experiencias en los primeros años de educación. 

Cuando revisaba el borrador de lo que había escrito, cayó en mis manos (como digo no sé si deliberadamente) la novela de Emmanuel Carrère.

El adversario: persona contraria o enemiga.

Así lo define la RAE en su primera acepción.

¿Qué ocurre cuando el adversario eres tú mismo?

Creo que es la pregunta que formula esta novela.

¿Cómo gestionamos ese ente que va en nuestra contra? 

Primero debemos averiguar por qué lo hacen, cuál es el detonante; de no identificarlo seguirá creciendo en nuestro interior y se hará más grande y poderoso, tanto que suplirá nuestra propia identidad, el “yo” que nombra la novela.

En El adversario se trata de identificar el detonante pero no queda del todo claro, debe de ser un hecho trágico que nuestra mente no es capaz de digerir, un impacto súbito que deje nuestro entendimiento roto, tal vez la muerte repentina de nuestra prometida de la que estamos fervientemente enamorados, y después… 

…después crece como la mala hierba en nuestra alma para socorrernos, cobra forma racional y lo acogemos porque ha salvado nuestra vida y el mundo no lo sabe, y fin y al cabo estamos solos, y bajo esa soledad no le podemos contar a nadie ese tipo de problemas.

La novela de Carrère narra un hecho real: el de un asesinato múltiple que no tiene sentido, ninguno lo tiene, nada sustenta matar a tus padres, a tus hijos y a tu mujer; sin embargo el autor trata de encontrar una salida a tanto dolor, un sentido lógico a ese tipo de actos. 

Cuando lo vemos en los noticiarios los dejamos pasar como otro día de lluvia, como un pequeño golpe, baja la bolsa, sube el precio del petróleo; lo olvidamos en un segundo, si alguien pregunta la respuesta siempre es la misma: un loco. 

Y para los locos hay lugares y personas que se encargan de analizarlos, de estudiarlos.

En este caso el mal, la mala hierba tomó forma en la Mentira. 

El adversario, Emmanuele Carrère.

La mentira, una manifestación que crece como la mala hierba.

La mentira, pensemos por un momento en ella. Es innata a nuestra naturaleza. ¿Quién no ha mentido alguna vez en su vida? O mejor dicho ¿quién no mantiene mentiras o hechos ocultos al resto del mundo, a familiares y amigos? ¿Quién sabe toda la verdad de nuestra vida? ¿Hay una sola persona que lo sepa todo de nosotros?

Pero ¿qué ocurriría si toda tu vida la sustentas con mentiras? Si fuera posible engañar año tras año a tus amigos, a tus padres, a tu pareja. 

Seguramente pensamos que no es posible engañar a todos a la vez sobre todos los asuntos. 

Bueno… también creo que es difícil pero, ¿y si ocurriera?

En tal caso construiríamos un castillo de inmensas proporciones, una doble vida. No es tan descabellado.

¿Y qué ocurriría si un día nos diéramos cuenta de que todo es una mentira, que somos un fraude?

Que en definitiva hay un adversario que ha vivido a nuestra costa para salvarnos y ahora ya es tarde para contárselo a los que han confiado en nosotros durante toda la vida.

Son muchas preguntas las que nos formula El adversario y pocas respuestas las que podemos dar a un asesinato múltiple. Son los intersticios de la mente inescrutable, son las malas raíces que crecen en nuestro interior cuando nuestro cuerpo es poroso y tierno.

Saber que un asesino despiadado conserva buenos sentimientos y lo expresa abiertamente hace que sea más inquietante sobre todo cuando el personaje ha vivido de la mentira toda su vida.

El adversario, Emmanuele Carrère.





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