Momo, de Michael Ende.
Momo, o la extraña historia de los ladrones de tiempo y de la niña que devolvió el tiempo a los hombres.
En el epílogo del autor se cuenta que en uno de sus viajes, su acompañante en el tren, le contó la historia de Momo. Se trataba de un hombre que primero le pareció joven y luego viejo, pero que poco después desapareció sin saber nunca más nada de él.
Tal vez Michael Ende solo escuchaba su propia voz, o tal vez solo se trataba de un sueño que se materializó en Momo.
La novela la encontré en la sección infantil de una librería. Me habían hablado ya hace tiempo de las enseñanzas que traía entre sus líneas. Al autor lo conocía por La historia interminable, un singular libro que disponía tinta a dos colores, que por su popularidad se convirtió en una película de gran repercusión en los años 80.
La novela es una crítica de la sociedad de consumo.
De una forma metafórica, y a veces fantástica, se expone el peligros del progreso, donde el tiempo es fundamental para la vida, o mejor dicho donde nadie que solo piense en los bienes de consumo y el dinero, no debe perder el tiempo en otras cosas menore como la amistad o la familia.
Los ladrones del tiempo son los hombres grises con un maletín y un sombrero bombín que fuman cigarrillos constantemente y persiguen a los ciudadanos para convencerles de que deben ahorrar tiempo y así serán más felices y prósperos.
¿Qué valor nos enseña la novela Momo?
Momo es una niña huérfana con algunos poderes, entre ellos está el de escuchar.
Cuando lo hace, como ella sabe, consigue que la persona a la que escucha saque lo mejor que lleva dentro.
Saber escuchar es una gran lección para la sociedad y para cualquier persona. Vive en la calle, pero siempre está rodeada de muchos amigos, en especial Gigi Cicerone y Beppo Barrendero, con los que descubrirán aventuras siempre con el latente riesgo de ser encontrados por los hombres grises.
El don de Momo: saber escuchar.
Los acontecimientos se suceden a favor de los ladrones del tiempo. Toman el dominio de la ciudad y consiguen que los adultos trabajen sin cesar y los niños ya no jueguen, que estén recluidos en centros mientras sus padres trabajan; allí les enseñan juegos orientados a la productividad. La ciudad (en el libro entendido como el mundo) se convertirá en un lugar donde nadie dispone de tiempo para hablar con amigos, de disfrutar de los pequeños detalles, con jornadas de trabajo maratonianas en busca de la riqueza.
Es, por tanto, una novela con argumentos que se mantienen presentes en la actualidad: cambiar tiempo por riquezas para el consumo.
Entre sus páginas podrás encontrar enseñanzas.
Beppo Barrendero habla con Momo de esta manera:
—¿Sabes Momo? —. La cosa es así: a veces tienes ante ti una calle muy larga. Uno piensa que es tan terriblemente larga que nunca logrará acabarla.
—Y entonces comienzas a apresurarte. Y cada vez te apresuras más. Cada vez que alza la vista, ves que lo que queda no ha menguado. Y te esfuerzas más y más, te agobias y al final estás sin aliento y no puedes más. Y la calle se extiende ante ti. Así no se hacen las cosas.
Reflexionó durante unos instantes. Después continuó hablando:
—No hay que pensar nunca en toda la calle de una vez ¿entiendes? Solo hay que pensar en el siguiente paso, en la siguiente inspiración, el en el siguiente barrido. Y una y otra vez, tan solo en lo siguiente.
Momo, de Michael Ende trata de una novela juvenil con grandes dotes didácticos.
Nunca debemos de perder de vista lo importante de nuestras vidas. El maestro Hora poseedor del tiempo otorga a cada persona su tiempo (entendido como el tiempo de vida que dispone cada persona), para disfrutarlo en cada momento, nos enseña el valor de apreciar el presente.
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